martes, 6 de octubre de 2009

Mueven las manos los que se despiden. Odio en los ojos del que pasa piensan que enseñando los dientes defienden su casa. En mi cabeza siempre una canción intento recordarla y no me sale, puta entonación. Insultos en un mar de atascos aunque no canten las sirenas, hablo con el del taxi, que al menos no es un empresario nazi, que vive de los sueños de cuatro chavales esclavos, me pasan por el lado.. Dentro de sus coches que no vuelan pero casi,son unos ladrones, abusones, pichones de pájaros grandes, que no tienen opiniones cuando el jefe mande. Entonces pienso en cómo pasa el tiempo, les crece la barriga y siempre andan maldiciendo y en un pestañeo, nos vamos. Quiero vivir de risas, de ataques que me denque exploten dentro de mi estómago y que se contagien también. Tus días están marcados como los rostros por el mal humor, quieren tener su propia policía y despertarse con sabiduría, los negocios son fructíferos, pozos petrolíferos. No importa lo que tengas, sea lo que sea, vale más la caridad que ni se hincha ni se pavonea, ¿mentalidad europea? Me da vergüenza. O eres fuerte o mala suerte pero invéntate una táctica que acierte para que el resto respete tu silla. Una idea buena es una odisea, somos los presidentes de mentes dependientes de la risaechamos detergente en cada fuente hacemos pompas de sonrisa. Vive como quieras, dedícate a amasar fortuna si es lo que te llena pero si además buscas la fama es poco inteligente. Los más famosos son los indigentes.

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